Cada vez somos más autónomos que vendemos o compramos fuera de España. Hoy en día, es muy común tener un cliente o bien proveedor que esté situado en un país fuera de la Unión Europea.
Este tipo de operaciones de todo el mundo no son iguales a las que tenemos con usuarios o suministradores en la UE. Las facturas en estas operaciones comunitarias se ven perjudicadas por la IVA intracomunitario.
Llevar a cabo una factura si trabaja por cuenta propia a un cliente (como los que fabrican nuestros suministradores) es más fácil. Solo llevan la identificación, la definición del producto o servicio y los impuestos.
¿QUÉ ES UNA FACTURA NO EUROPEA?
Decimos que una factura no es europea en el momento en que el remitente o destinatario es una empresa o autónomo que no está en ningún país de la UE O sea, en el momento en que nuestro proveedor o bien nuestro cliente está fuera de Europa.
Por ejemplo, debemos llevar a cabo una factura no europea en el momento en que vendemos a una empresa estadounidense. Y lo mismo sucede si compro productos a un artesano que trabaja por cuenta propia en El país nipón.
Entonces, una operación no europea es algún operación de adquisición o bien venta donde una de las partes es una compañía o un autónomo que no se encuentra en la UE
Según se trate de una compraventa o de una adquisición, las facturas no de europa pueden tener un régimen diferente:
1. Exportaciones
Dicho en un idioma que puedas comprender las exportaciones son ventas de mercancías que se envían a otros países que no son integrantes de la UE
Ejemplo: Soy un freelancer que vende tenis y mi primordial cliente es mexicano. Para recibir mis zapatos debo enviarlos de España a México.
Para escapar del territorio comunitario hacia México, primero deberán pasar por la aduana. Esta operación de venta se denomina exportación.